‘Magnolias para una infiel’de Alejandra Jaramillo


Publicada en 2017, esta novela nos cuenta la historia de una infiel, quien reflexiona sobre su feminidad, la maternidad y la infidelidad, mientras conversa con un escritor, en un vuelo que la lleva desde Bogotá hasta Roma.
La literatura y la ciudad se mezclan en esta historia para ayudarnos a entender la posición de la narradora y protagonista, un viaje al interior. ‘Magnolias para una infiel’ es un viaje al interior de una vida que se redefine constantemente y que deja muchas puertas abiertas a la imaginación.
Paradas


Parada 1: página 15
"Petrificada. Así quedé. Imagínese, voy pasando por la calle, miro hacia adentro de un café. Tal vez usted lo conozca, me dijo que es bogotano, ¿verdad? Pues es un café en la cuarta, calle novena o décima, no me acuerdo bien, uno de esos que imitan a los cafés franceses. Entonces al fondo alcancé a verlos. Mi marido y mi amante. Allá sentados. Los dos conversando. Petrificada. ¿Cómo más podía quedar? Alcancé a pensar miles de cosas en esos instantes. Ahora, después de tantos años sé que lo único que se me ocurrió en medio del miedo fue entrar al café y buscar una mesa."
“Escogí este fragmento de la novela porque para mi deja ver ya una situación problema o de tensión con el personaje que narra la historia, de hecho, me agrada la forma en que la novela plantea múltiples finales y la temática es de reflexión en la construcción de un imaginario de relaciones románticas e ideal femenino.“

Parada 2: página 18
“... Eran las grandes reliquias de su vida, objetos sin valor pero radiantes de memorias. ¿Sabe? La cartera de esa mujer era un santuario, porque estaba llena de objetos que representan la vida misma y cuando una está casada los recuerdos deben ser claves inentendibles. Son objetos como nubes que esconden su verdadero significado, que nadie puede descubrir. La servilleta de un café, el sobre de azúcar que alguien sirvió en nuestro té, la etiqueta de una cerveza, unas letras en el cuaderno de trabajo, alguna cita o un poema puesto allí como una curiosidad que en horas de soledad vuelve a representar al ser que lo nombró o lo leyó en voz alta para una".
“Mi cartera también está llena de objetos, aunque no son tantos, otros hombros se quejan de su peso; yo no camino inclinada. Cada cosa que guardo en mi cartera se ha ganado ese lugar, es mi museo portátil de recuerdos. El otro, el museo grande está en mi cuarto. Siempre veo los libros, los anillos, la envoltura de un dulce, un pedacito de papel con un dibujo o el perrito portapijama y, siento mi vida como mía, como mi secreto. Detrás de las cosas hay historias que solo yo sé, que solo yo sentí. Tal vez sea un fetiche, porque si la casa se incendiara no arriesgaría mi vida por salvar a ninguno de esos objetos, porque si bien está la posibilidad de acariciar, oler y sentir cuando tienes algún sobreviviente del pasado a la mano, y recordar que ese momento es tuyo y nadie te lo quita; la verdad es que guardo con cariño, posesión y celo muchos episodios, escenas y miradas de mi vida, y no me pesan. Escribo esto, alguien lo lee, pero no deja de ser íntimo.
Escribo esto y siento que Alejandra lo dice de una forma bella que evoca un lugar de encuentro y complicidad. Dijo mucho en pocas líneas, pero no deja de ser secreto. ¡Me encanta!”

Parada 3: página 25
“Es que llegar donde el amante era contarse distinta, era recuperar o reinventar mujeres que ella quería haber sido y ya no era. Sueños que tenía y en su matrimonio no podían existir. Porque fue así, el matrimonio la fue encerrando en un solo ser, no en una cárcel espacial, como todos piensan, es un problema de identidad. Ella entendió con los años que en esa institución se busca que uno sea un ser sostenido, coherente, que siempre es igual a si mismo.”
“Seleccionar un solo fragmento de este libro fue bastante difícil, porque la novela está llena de declaraciones, sentencias y descripciones, imprescindibles y destacables. Finalmente elegí este porque es que tal vez uno de los más dicientes, frente a la dicotomía que enfrenta la protagonista de esta novela, es un fragmento que nos refleja su necesidad de sentirse diferente, de saberse otra, distante a la que es como esposa y madre, para estar completa y feliz. Y, por otro lado, me lleva a pensar en la inevitable transformación que todos vivimos, y que muchas veces, una institución tan rígida como el matrimonio, desconoce.“

Parada 4: página 65
"Ustedes no valen nada si los lectores no descubrimos cómo cuentan. Porque lo que cuentan lo cuenta cualquiera, en cambio cómo lo cuentan no, ahí está la clave."
“Me gustó porque al avanzar en la lectura del libro me situé en el rol de quién escucha. Casualmente ese escucha es un escritor y Ella se hace la idea que al escritor le puede parecer interesante su relato. Mi manera de engancharme con la historia fue desde ese lugar, el de quien escucha y va armando otra versión de la historia con rostros diferentes. Como un observador no participante tiene la opción de decidir si es verídica la historia, si tal vez es una invención o si puede escapar del relato apenas el otro se silencie. También me gustó que ese escuchar es silencioso, no pretende querer cuestionarla a Ella desde nociones morales.“

Parada 5: página 67
"Es que uno cuando está ya grande, cuando le ha pasado el tiempo sabe que la vida no es tan generosa como se piensa en la juventud, que no nos va a dar tantas oportunidades, que los errores que cometemos son para siempre, fatales, irremediables y que las dichas son irrepetibles."
“Me siento identificada con este fragmento en el cual se nos propone reflexionar un poco sobre el ajetreo con el que se vive la vida moderna, sin demasiado tiempo para pensar las cosas, actuando según la voluntad del momento y las emociones inmediatas, pero todo pasa factura. Lo que no se medita en su momento, las decisiones precipitadas generan arrepentimientos vanos. Y de igual forma, aprender a valorar los instantes felices, porque no se repiten.“

Parada 6
"¿Qué tal si pudiéramos amar dinámicamente, si amáramos el cambio y no lo que se mantiene? A veces quería ver al marido fuera de casa sin que él supiera. Ella nunca lo hizo pero quería esconderse en el trabajo de él para verlo, para ver ese otro hombre que él era, porque cuando estaban juntos a ella le parecía que él se convertía en una máscara de sí mismo, en un personaje que jugaba a ser esposo y padre, roles aprendidos, invariables".
“Me identifico con ese sentir hacia las parejas que he tenido.”
Conversación

Tercer conversatorio para crear la ruta literaria de Bogotá. Estuvimos con la escritora Alejandra Jaramillo y conversamos sobre su novela ‘Magnolias para una infiel‘.
Otras rutas


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Aunque esta novela nos sitúa en el Mundial de 1994, fácilmente el lector puede encontrar puntos comunes con la actualidad nacional. ‘Autogol’ nos presenta una situación ficcional, en un entorno tremendamente real, con personajes que más de una generación conoce, reconoce.

