#LaPostal es una propuesta creativa en la que la periodista Isabel Salas escribe relatos posibles a partir de fotos tomadas en diferentes lugares del mundo por el fotógrafo colombiano Michael Vanegas.
Cuando entró al cuarto del hotel el televisor estaba encendido. En la pantalla lo recibió Andy Williams, en su impecable traje morado, sosteniendo el micrófono con apenas la yema de los dedos
You’re just too good to be true
Can’t take my eyes off you
You’d be like heaven to touch
La llamó por su nombre, casi susurrando, y no hubo respuesta. Lo repitió de nuevo, pretendiendo que subir el volumen de la voz hiciera la diferencia. Esta vez no la buscó en el baño, como automáticamente venía haciendo durante los últimos tres días.
Se sentó en el borde de la cama y miró a Andy. Se imaginó a sí mismo con un peinado perfecto como ese y se preguntó por qué la chica rubia que enfocaba la cámara sonreía con tanta gracia, era tal vez, la misma gracia que tenía ella el día que la conoció en ese intenso verano de Copacabana.
You’re just too good to be true
Can’t take my eyes off you
Se asomó por el ventanal, intentó detallar los rostros de las pequeñas figuras humanas que se movían quince pisos abajo o, más bien, intentó buscarla a ella en esos rostros que se movían, hablaban o sonreían.
El teléfono de la habitación sonó.
-Señor Vanegas, no podemos esperar más, ya es hora de hacer el check out-
-Sí, ya voy a salir. Perdone que le pregunte de nuevo, pero…. ¿está segura que me registré solo en esta habitación?-
-Sí, así es. Usted ingresó y se registró solo el 29 de diciembre y, como ya le dije, en ninguno de estos cuatro días ha ingresado alguien más-
Antes de salir, se sirvió un último trago de ginebra y se acercó al espejo. Intentó tocar con los dedos el mensaje que había aparecido en él hacía tres días, pero no pudo.
“Fui a dar una vuelta a la playa”, decían las letras pintadas con marcador negro.
Quería llevárselo. Quería olvidarlo. Quería conservarlo. Quería sepultarlo, también.
Empuñó la mano y se dio media vuelta. Al salir, se cruzó con la camarera esperando ansiosa para limpiar la habitación.
And if it’s quite all right
I need you baby
To warm the lonely night
Entregó las llaves en la recepción y no encontró la manera de responder a los deseos de un venturoso año nuevo. Buscó en el bolsillo el pasaporte, se puso los lentes oscuros y salió. Sabía que ya no era Copacabana, el 2018 empezaba sin ella y todo se ponía cuesta arriba.
Now that I’ve found you stay
Oh pretty baby
Trust in me when I say
Oh pretty baby
Don’t bring me down
La camarera apagó el televisor y, con un par de movimientos, dejó impecable el espejo.