El libro de relatos titulado Los mares de la luna (Editorial Planeta, 2020) de Juan Fernando Merino, es la obra de un gran traductor y escritor de distancias cortas. Una cartografía lunar compilada tras muchos años de viajes, lecturas, escrituras y reescrituras.
En el prólogo de Elkin Restrepo el título es explicado por los cráteres que quedan en la luna, antiguamente comparados al mar. Cráteres que todos tenemos en nuestro cuerpo-luna, nuestras vidas-luna. Son rastros de dolores trazados por una pluma irónica, humorística, nada derrotista. Elkin Restrepo llama al autor “excéntrico” con una obra “excéntrica”.
Por excéntrico podemos entender que está fuera de centro, que busca otro centro. Pienso en los versos de Roberto Juarroz:
“En el centro de la fiesta está el vacío.
Pero en el centro del vacío hay otra fiesta”.
En “Mar de las olas”, el centro de la fiesta es ni más ni menos la llamada “capital del mundo”, Nueva York, donde el dios Dinero hace el vacío. Aparta los inútiles de los útiles, el arte rentable del arte callejero. Pero en el centro de ese vacío hay otra fiesta. Es la reunión de músicos que deciden armar una banda, y por armar pensemos en “vanguardia” en su sentido original militar. Son unos músicos-soldados de la vida que van a atravesar Nueva York revitalizándola con sus notas y poesía. Esto hasta que el viento los divida como arena de playa.
Es pues la historia de unos excéntricos que, al menos por un tiempo, encuentran su propio centro. Un centro triste y bello, caótico pero experimental, a la vez serio y lúdico, donde confluyen personajes con diferentes historias, sensibilidades, edades, lenguas y países. Es con la variedad y riqueza de la humanidad que es abordado “Mar de las olas” y los demás relatos de este libro genial.
Sobre la obra
Los mares de la luna, de Juan Fernando Merino.
Relatos. Prólogo de Elkin Restrepo.
Seix Barral, Marzo 2020.
180 páginas.