Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios (Océano 2013), la novela de Marçal Aquino (Amparo, Estado de São Paulo, 1958), nos sumerge en la vida del fotógrafo y periodista gráfico Cauby, quien se mudó a la ciudad de Altamira, en el corazón de la Amazonía brasileña. Narrada con una prosa cruda, cargada de humor negro, Aquino logra crear una atmósfera oscura en donde el simbolismo de la selva se conjuga con la tragedia de los personajes. Para el protagonista, “la selva nos devora y nos escupe como si fuéramos parte de su propia carne putrefacta”.
Esta novela es una historia de amores, todos desgraciados, aterradores y locos y Aquino los narra como si aquello fuera un pan de cada día, como la violencia que ocurre en Altamira. O mejor, Cauby y el pelón conversan sobre sus desamores, en la terraza del edificio en el que viven, mientras aguantan el calor húmedo de la selva y un niño, curioso, los escucha, mientras comentan los últimos sucesos violentos acontecidos en la ciudad.
Las desgracias de Cauby empiezan cuando en la tienda de fotografía de Chang conoce a Lavinia, esposa del pastor Ernani, el veneno que eligió beber sabiendo que lo mataría lentamente. A partir de ese instante, no queda más remedio que dejarse llevar por una historia cargada de sexo, sangre, crímenes y delirio, arropada por una atmósfera sombría en donde no habrá ninguna escapatoria ni esperanza alguna de salvarse. Paralela a la tragedia de Cauby, el Pelón, vecino del fotógrafo, nos relata su historia de amor con María Inés, una hermosa mujer que trabajó con él en el banco, pero que siempre estuvo enamorada de otro hombre. Así como la de Cauby, es una relación triste, pero como aseguran ambos, no les importaría volverlas a vivir una y mil veces, porque como asegura Lispector: “es casi imposible evitar que el exceso de amor haga que uno actué como tonto. Sólo el tonto puede amar demasiado”.
Marçal Aquino además es guionista y periodista, ha participado en la escritura de guiones para varias películas brasileñas, entre las que se encuentra El invasor (O Invasor 2002), basada en su novela homónima, que ha sido premiada en diferentes festivales. Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios responde a una larga tradición de autores y autoras de novela negra en Brasil, en la que podemos contar a Clarice Lispector y a Rubem Fonseca, quienes por décadas han alimentado el imaginario policiaco en este país. En esta obrase conjugan la denuncia social, se exploran temas como la explotación de la selva amazónica por multinacionales extranjeras; la desigualdad, la influencia de las religiones cristianas o evangélicas en los sectores más vulnerables de la sociedad, la pedofilia, entre otros asuntos controversiales, que afrontan los habitantes de las urbes latinoamericanas.
Si bien la novela nos envuelve con esa prosa delirante, es importante hablar de la estructura que nos lleva y nos trae del presente al pasado, en un diálogo incesante en la terraza del edificio en donde, como ya dije antes, Cauby y el Calvo relatan de nuevo sus desventuras, y caminamos por esa ciudad del corazón del Amazonas, que muy pocas veces encontramos en las novelas brasileras, por un momento salimos de Rio, Sao Paulo o Bahía y nos adentramos en un universo nuevo, en donde las formas de vivir son diferentes. Así mismo asistimos a las reflexiones del libro de Cabecera de Cauby, que junto con el armadillo que tiene como mascota, se convierte en el símbolo de la relación con Lavinia, Aquino crea un paratexto titulado Lo que vemos en el mundo, escrito por Benjamin Schiamberg y en él, el lector encuentra el análisis propicio de esos amores desastrosamente crudos que han vivido los personajes.
“Escribir es algo más que eso, es urdir, tejer, zurcir palabras, no importa si es una receta médica o una pieza de ficción. La diferencia es que la ficción consume cuerpo y alma”, dice Rubem Fonseca, y en ese sentido, Marçal Aquino ha construido un universo sin fisuras en donde cada palabra edifica una novela consistente, personajes que de manera inevitable buscan la decadencia o van hacia ella, pero en medio de esa violencia se construyen conmovedoras historias de amor y, puedo decirlo sin reserva, al final de la novela, se siente una tristeza abocada, una esperanza inconclusa, en donde la creencia por el amor, el sentimiento más subversivo de todos, como lo define Aquino, tiene una especie de renovación perturbadora.
Título: Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios
Autor: Marçal Aquino
Editorial: Océano
Año: 2013
Traducción: Lourdes Hernández Fuentes