Una flor cae y ya no teme marchitar
Contempla un final que no suena aterrador
Alma ingenua- sus tristezas transforma en suspiros
Mente- viva vuelve sus apuros, pasos
Se baña en soledad, devastadora soledad
Cuida que sus cicatrices no caigan en otra herida
Embriagándose de dolor… el alcohol se esfumó entre sudor
Y lagrimas derramas, saladas como tempestuoso mar
Que, abatiendo el oleaje, pica el corazón del que naufraga.
Saber a brisa y prisa, ser premura de momentos
Su andar encontrándola tan extraviada
y la libertad jugando con migajas de pan en camino
… Después de un rato, el silencio es enemistad
Vulnerada,
cenicienta,
amargura,
pesadez,
salvadores,
esperpentos,
amores,
melodías,
temblores,
chillidos,
gritos,
alaridos,
Despídete noche muerta: sabana blanda que no volará-volverá.