Diario fragmental de una caída, por Aura Enriquez

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Una flor cae y ya no teme marchitar Contempla un final que no suena aterrador Alma ingenua- sus tristezas transforma en suspiros Mente- viva vuelve sus apuros, pasos Se baña en soledad, devastadora soledad Cuida que sus cicatrices no caigan en otra herida Embriagándose de dolor… el alcohol se esfumó entre sudor Y lagrimas derramas, […]
Creemos en la lectura como viaje. Somos viajeros de equipaje liviano. Peregrinos literarios. ¡Vamos a andar!
Diario fragmental de una caída

Una flor cae y ya no teme marchitar

Contempla un final que no suena aterrador

Alma ingenua- sus tristezas transforma en suspiros

Mente- viva vuelve sus apuros, pasos

Se baña en soledad, devastadora soledad

Cuida que sus cicatrices no caigan en otra herida

Embriagándose de dolor… el alcohol se esfumó entre sudor

Y lagrimas derramas, saladas como tempestuoso mar

Que, abatiendo el oleaje, pica el corazón del que naufraga.

Saber a brisa y prisa, ser premura de momentos

Su andar encontrándola tan extraviada

y la libertad jugando con migajas de pan en camino

… Después de un rato, el silencio es enemistad

Vulnerada,

cenicienta,

amargura,

pesadez,

salvadores,

esperpentos,

amores,

melodías,

temblores,

chillidos,

gritos,

alaridos,

Despídete noche muerta: sabana blanda que no volará-volverá.

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