‘Como puntos suspensivos’ por Diego Alejandro González

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No recuerdo mis miedos. Los perdí en el momento exacto en el que mi piel desprendió arrugas para volverlas fábulas, cuando mi cabello negro se fue blanqueando para manifestar el tiempo y despertar la vida. En ese instante, me dedique a quererte. Abracé con anhelo la experiencia y me convertí en especialista del saber.  Entiendo […]
Comunicadora social de la Universidad del Valle, especialista en comunicación estratégica de la Universidad Sergio Arboleda y magíster en Gestión Pública de la Universidad de los Andes.

No recuerdo mis miedos. Los perdí en el momento exacto en el que mi piel desprendió arrugas para volverlas fábulas, cuando mi cabello negro se fue blanqueando para manifestar el tiempo y despertar la vida.

En ese instante, me dedique a quererte. Abracé con anhelo la experiencia y me convertí en especialista del saber. 

Entiendo ahora que no envidio al joven por el tiempo que tiene a su merced. A mí la merced me ha entregado la esperanza, me ha enseñado a levantarme. He descubierto la vida, sin afán y sin recelo de lo que fui. 

¡Me despojo de la carne para comenzar a vivir!

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