Animales protegidos por Juan Sebastián Rojas

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O texto que se inicia com uma vírgula traz antes de si o universo inteiro. Fernando Paixão (Manual do Estilo Desconfiado) , que tenía una librería clandestina en la Habana, también adoptaba animales. Un puerco que no dejaba matar para comérselo. Una lechuza que miraba a los clientes cuando entraban al baño. Y, entre todos […]
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Animales protegidos

O texto que se inicia com uma vírgula traz antes de si o universo inteiro.
Fernando Paixão
(Manual do Estilo Desconfiado)

, que tenía una librería clandestina en la Habana, también adoptaba animales. Un puerco que no dejaba matar para comérselo. Una lechuza que miraba a los clientes cuando entraban al baño. Y, entre todos los perros y gatos que tenía, le daba un trato particular a dos perros que llamaba Raúl y Fidel. Los encontró en estado crítico, devorados por una desagradable enfermedad en la piel, tanto que un transeúnte no los hubiera identificado como perros de raza. Eran aliados escarbando la basura de los hoteles turísticos y ambos fueron recogidos agonizantes, el uno junto al otro, como hermanos argonautas inseparables hasta en el infierno.

Cuando llegaron a la librería, un débil movimiento de cola dio inicio a sus gestos de agradecimiento interminables, o al menos así eran interpretados. Al recuperarse por completo, acabaron siendo impetuosos saltos babeantes hacia la cara.

Aclaro que no vine a Cuba a hablar de democracia ni de porqué en Colombia se puede viajar al extranjero sin mucha restricción, aunque pocos lo hacemos porque no hay plata. Ni tampoco de perros que me preocupan menos que los humanos. Simplemente asistí a un taller internacional de enfermedades tropicales. Y, en un día de descanso, me extravié en una excursión. Le pregunté a un nativo si podía orientarme. En vez de responderme me habló de medusas muertas en la playa. Simpatizamos y me olvidé de la pregunta.

Guiándome por la Habana interior hasta llegar a su librería, me contó que admiraba al escritor Fernando Vallejo tanto por su crítica a Cuba, como por su amor por los animales. Como prueba de esto, todos sus libros olían a perro y, con Raúl y Fidel recorría la ciudad sin correa denunciando la política con los animales y apoyándose en citas del escritor colombiano. Cuando le pregunté si podría ver su documental por internet o en cualquier espacio, me dijo que no deseaba ser una persona pública. Su respuesta fue tajante y con un aire agresivo, como si lo hubiera insultado. Si acaso existe ese documental al menos me puedo imaginar su olor, que es el mismo que el de mi biblioteca. Especialmente en la parte de Reinaldo Arenas y Virgilio Piñera.

Juan Sebastián Rojas Miranda (Bogotá, Colombia, 7 de abril de 1988): Docente de la universidad Santiago de Cali. Cursó estudios literarios en la universidad Paris Nanterre, hasta obtener el título de doctor en Literatura Comparada en abril del 2016.

Es editor de Ediciones El Silencio y director de Pluralis, revista sobre la diáspora colombiana. Diana o ¡Que viva el reguetón! es su segunda novela, después de El inmortal (Madrid, Editorial Verbum, 2016). También es autor del libro de poesía y relatos En busca de nada (Bogotá, Editorial Oveja Negra y Editorial USC, 2018).

Su novela Fóllale, Manco fue finalista del Premio Iberoamericano Verbum de Novela 2018 y publicada (Madrid y Cali, Editorial Verbum y Ediciones El Silencio, 2018).

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